por @SandroideV

El término SPOILER se utiliza para definir el destripe, exprofeso o accidental, de una parte importante en la trama argumental de una serie, película, libro o cómic. Viene del verbo inglés SPOIL que significa “destrozar o reducir el placer, interés o belleza de alguna cosa”.

La palabra SPOILER y los verbos derivados como “espoilear” no se recogen en la RAE. Todavía no ha adquirido, por lo visto, la importáncia de “almóndiga” ni ha tenido la suerte que corrió el pobre adverbio “solamente”,  perdiendo el acento que lo distinguía de Han Solo. Sin embargo, el angliscismo es ampliamente utilizado en estos tiempos que corren, en los que las plataformas privadas de entretenimiento han multiplicado la demanda de series de todo tipo.

Con el tremendo exitazo de la genial Juego de Tronos, el SPOILER ha tomado dimensiones extraordinarias. Existe incluso una aplicación que manda spoilers previo pago. Y así el acto de la filtración ha devenido oficialmente un perverso pequeño placer cotidiano, como tantos otros. 

De alguna manera se normaliza la actitud del trolleo, la broma pesada y de mal gusto, pues espoilear a propósito sólo puede tener el objetivo del fastidio, y el cinismo como recompensa. No hay remedio contra el espoiler, ya que, una vez desvelado el secreto de la trama, el placer de descubrirla queda eliminado. Es, por lo tanto, ablación mental. 

El fandom suele recomendar que se creen ALERTAS de SPOILER cuando se quiere hablar de algo que aún está disfrutando el resto del público. También se suelen leer invitaciones a la abstención del espoileo en general, con amenazas de llamar al Juez Dredd para aclarar las cosas.

Si hay algo que se aprende de la ci-fi, es que el futuro no se puede espoilear. Hay caminos infinitos y millones de posibilidades, combinaciones sorprendentes y resultados variables en las realidades del mañana. Y en cambio, un número finito de personas con talento que son capaces de imaginarlas y de explicarlas al resto. Va por esas personas:

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