por @SandroideV
La «mujer mitad ángel, mitad marisco» y pintora Maruja Mallo llegó a Madrid en 1922 para estudíar Bellas Artes y hasta 1937, momento de su exilio a Argentina, participó activamente en la vida cultural de una España convulsa, en la casilla de salida de un gran cambio tecnológico, político y social, y tan prolífica en artistas y en genios como en violentas disputas.
