“Esta noche moriré aquí, y vais a morir todos conmigo, hijos de puta.”
Año 2121 D.C Mega Tokyo
Así es como empieza este videojuego independiente, con la lapidaria sentencia de Akane, su protagonista, sosteniendo una katana. Pocos segundos antes, una hermosa ilustración pixelada nos muestra a la letal heroína en un ascensor con varios yakuzas desmembrados. Mientras la nostálgica barra de loading se va llenando, fundido a negro.
Escuchamos lo que parece ser una pelea motorizada que acaba en una explosión. Lo siguiente que se nos muestra es un escenario colorido y pixelado en 2D como en los gloriosos años 80 y 90 donde esa estética era común. Este joven estudio ha recreado de forma magnífica una ciudad cyberpunk pura y dura con cada pixel y frame en su lugar.
Un escenario que será nuestro campo de combate, en cuanto empiecen a salir los gángster y demás bandas, dispuestos a hacernos picadillo. Un sencillo homenaje que, en apenas ocho meses y sin más publicidad que la de los medios especializados y el “boca oreja”, ya se ha convertido en una pequeña leyenda en la red. Retroalimentación que cierra el círculo, no, el juego no es japonés a pesar de su estética anime y beber de todas las fuentes principales del subgénero.
Se trata de un juego sencillo y brutalmente honesto en su premisa básica: matar a cuantos más enemigos mejor, antes de morir. Todo sucede en una pantalla única donde los enemigos van ganando en dificultad cada vez que avanzamos de nivel. Su único jefe también aumenta de nivel cada vez que lo matamos y solo algunos ítems pueden echarnos una mano mejorando algunas de nuestras habilidades o ataques.
Los desarrolladores del estudio indie Ludic Studios, un equipo de cuatro miembros afincados en Brasil, han conseguido con un juego muy básico darse a conocer y recaudar fondos para su próximo proyecto, que está en desarrollo y al parecer será un juego más largo y completo, siendo su verdadera ópera prima. Pero en eso radica precisamente el éxito de Akane, y no hacen falta largas horas de tutorial como en los juegos actuales con mil opciones e hiperrealismo. Akane es instalarlo y jugar, tampoco importa demasiado si mueres en cinco minutos o en veinte. Es un juego pensado para medios tiempos, para esperas, incluso un juego de “entrejuegos”.
Ya no estamos en Neo Tokyo sino en Mega Tokyo, y es que con detalles mínimos en la historia (inexistente en realidad), esta pequeña joya para los amantes del cyberpunk es justo eso; estética y emociones. Bebe de todos los tópicos y referencias imaginadas y por imaginar. Aquí se trata de disfrutar y desmembrar a cuantos más enemigos mejor con este slasher. Akane sabe que va a morir más pronto que tarde, así que no escatima en fumarse unos pitillos que de paso le suben la audacia. También manejaremos pistolas gravitacionales (un claro homenaje a Blame!), revólveres y, dependiendo del tipo de calzado nuestra estamina menguará menos.
La ilustración de la banda sonora es otro claro guiño a una obra referente de este subgénero: Ghost in the Shell. Con esa añoranza a la tecnología punta de antaño, mostrando el paso de lo analógico a lo digital. Si os animáis a buscar detalles en la imágen: entre disquetes, casettes, una tv de tubo, lo que parece una consola de cartuchos, pastillas, comida basura, y un walkman, tenéis hasta una chuta. No, no es coña. Volviendo a la banda sonora, el primer track a mi me recuerda claramente a la música de la presentación de Matrix, entre otras. Y es que no solo las referencias visuales son evidentes, las sonoras son tan casi tan notorias o más.
La música cumple con creces su cometido de acompañar la carnicería y ambientarnos en ese mundo distópico postglobalizado. Algún tema sobresale más que otro a la hora de ponernos la adrenalina a tope, aunque los temas más introspectivos también tienen su encanto. En definitiva una banda sonora sobresaliente tratándose de un juego tan sencillo y básico.
Espero que no sea el último proyecto con carácter cyberpunk de este estudio. Una obra que ya es considerada de culto a pesar de que fue concebida como poco más que un guiño. Este subgénero de la ciencia ficción se resiste a morir, se renueva y vuelve constantemente, el hight tech low life está más vivo que nunca. Los antiguos pixeles son cada día más un arte, que es fascinante de admirar. Este pequeño proyecto se a hecho (además del éxito que lo ha llevado a la portátil de la mismísima Nintendo) con tres premios: mejor arte visual, mejor audio y mejor juego. Casi nada para un videojuego que podéis encontrar a la venta por menos de cinco euros.
El detalle del nombre de la heroína samurái, Akane, no está puesto al azar. El nombre propio Akane se asocia con el rojo, dada la cantidad de sangre la conexión es más que evidente para alguien familiarizado con el significado de los nombres, su otro significado como suele ser en muchos nombres japoneses, es también el nombre de un tipo de flor.
Si queréis probar el juego es fácil encontrarlo para PC, su hábitat natural en un principio.
Valor añadido: La neo-nostalgia por lo retro y sus pixeles multicoloridos. Su accesibilidad tanto de jugabilidad como de plataforma.
Por Johnny Cherokke